lunes, 22 de septiembre de 2008

Anti-Manifiesto de los cien años de cine



Necesito no ver nada ajeno. Esta semana llegan los últimos rollos extra antes del montaje. Ya está lista la voz en off y la música.

Ayer rodé y monté un pequeño video "La mort de Marat". Un día de estos lo cuelgo.

Y con ustedes el señor Mekas. Sí, un texto clásico, pero que no se agota.

“Hay quienes hablan del Fin de la Historia.
Hay otros que afirman que estamos en el Fin del Cine.

¡No crean nada de eso!

Y la industrias cinematográficas y los museos del cine del mundo están celebrando el centésimo aniversario del cine; y hablan de los millones de dólares que sus salas han recaudado; discuten sobre ‘sus Hollywoods’ y sus estrellas…

Pero no se menciona a la vanguardia, a los independientes, de NUESTRO CINE. He visto los folletos, los programas de los museos y archivos y de las filmotecas del mundo. Sé de qué cine están hablando.

Pero quiero aprovechar esta ocasión para decir lo siguiente:

En tiempos de grandeza, de películas espectaculares, de producciones cinematográficas de cien millones de dólares, yo quiero hablar de los pequeños actos invisibles del espíritu humano, tan sutiles y tan pequeños que mueren cuando se les coloca bajo las luces Klieg.

Quiero rendir homenaje a las pequeñas formas del cine, las expresiones líricas, la poesía, la acuarela, el boceto, el esbozo, la postal, el arabesco, el terceto, la bagatela, y los cánticos en 8-mm.

En estos tiempos en que todo el mundo quiere éxito y vender, yo quiero homenajear a aquellos que abrazan el fracaso social y diario, para perseguir lo invisible, lo personal, las cosas que no dan dinero ni pan, y que no conforman la historia contemporánea (la historia del arte o cualquier otro tipo de historia).

Estoy a favor del arte que hacemos por los demás como amigos, por nosotros mismos.

Estoy en pie en el medio de la Autopista de la Información y me río...

Porque una mariposa que está sobre una pequeña flor en alguna parte, en algún lugar, acaba de agitar sus alas y sé que todo el curso de la historia cambiará de forma drástica por ello.

Una cámara de super-8 acaba de hacer un pequeño suave zumbido en algún lugar del Lower East Side de Nueva York, y el mundo nunca será lo mismo.

La historia real del cine es la historia invisible – la historia de los amigos que se reúnen, que hacen lo que aman -,
para nosotros el cine está empezando
con cada nuevo zumbido del proyector.
Con cada nuevo zumbido de nuestras cámaras,
nuestros corazones.

Salten
hacia delante,
amigos míos:

Jonas”.

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